Que es la energia solar

Cómo funciona la energía solar

Al capturar la energía del sol y convertirla en electricidad para su hogar o negocio, la energía solar es una solución clave para combatir la actual crisis climática y reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles.
Nuestro sol es un reactor nuclear natural. Libera diminutos paquetes de energía llamados fotones, que recorren los 93 millones de kilómetros que separan el sol de la Tierra en unos 8,5 minutos. Cada hora, suficientes fotones impactan en nuestro planeta para generar suficiente energía solar como para, en teoría, satisfacer las necesidades energéticas mundiales de todo un año.
En la actualidad, la energía fotovoltaica representa sólo cinco décimas del 1% de la energía consumida en Estados Unidos. Pero la tecnología solar está mejorando y el coste de la energía solar está bajando rápidamente, por lo que nuestra capacidad de aprovechar la abundancia de energía del sol está en aumento.
En 2017, la Agencia Internacional de la Energía mostró que la energía solar se había convertido en la fuente de energía de más rápido crecimiento en el mundo – marcando la primera vez que el crecimiento de la energía solar había superado el de todos los demás combustibles. Desde entonces, la energía solar ha seguido creciendo y batiendo récords en todo el mundo.

Cómo se produce la energía solar

Los paneles solares que brillan bajo el sol son un icono de todo lo que es verde. Pero si bien la generación de electricidad mediante la energía fotovoltaica es, en efecto, mejor para el medio ambiente que la quema de combustibles fósiles, varios incidentes han relacionado la fabricación de estos brillantes símbolos de la virtud medioambiental con un rastro de contaminación química. Y resulta que el tiempo que se tarda en compensar la energía utilizada y los gases de efecto invernadero emitidos en la producción de paneles fotovoltaicos varía sustancialmente según la tecnología y la geografía.
Esas son las malas noticias. La buena noticia es que la industria podría eliminar fácilmente muchos de los efectos secundarios perjudiciales que existen. De hecho, la presión para que lo haga es cada vez mayor, en parte porque, desde 2008, la fabricación de productos fotovoltaicos se ha trasladado de Europa, Japón y Estados Unidos a China, Malasia, Filipinas y Taiwán; en la actualidad, casi la mitad de los productos fotovoltaicos del mundo se fabrican en China. Como resultado, aunque el historial general de la industria es bueno, los países que más fotovoltaicos producen hoy en día suelen ser los que peor protegen el medio ambiente y a sus trabajadores.

Ventajas de la energía solar

La energía solar es la luz y el calor radiante del Sol que se aprovecha mediante una serie de tecnologías en constante evolución, como la calefacción solar, la energía fotovoltaica, la energía térmica solar, la arquitectura solar, las centrales eléctricas de sales fundidas y la fotosíntesis artificial[1][2].
Es una fuente esencial de energía renovable, y sus tecnologías se caracterizan a grandes rasgos como solar pasiva o solar activa en función de cómo capturan y distribuyen la energía solar o la convierten en energía solar. Las técnicas solares activas incluyen el uso de sistemas fotovoltaicos, la energía solar concentrada y el calentamiento solar del agua para aprovechar la energía. Las técnicas solares pasivas incluyen la orientación de un edificio hacia el Sol, la selección de materiales con masa térmica favorable o propiedades de dispersión de la luz, y el diseño de espacios que hagan circular el aire de forma natural.
La gran magnitud de la energía solar disponible la convierte en una fuente de electricidad muy atractiva. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en su Evaluación Mundial de la Energía del año 2000, determinó que el potencial anual de energía solar era de 1.575-49.837 exajulios (EJ). Esta cifra es varias veces mayor que el consumo total de energía en el mundo, que fue de 559,8 EJ en 2012[3][4][necesita actualización].

Para qué se utiliza la energía solar

La energía solar es la luz y el calor radiante del Sol que se aprovecha mediante una serie de tecnologías en constante evolución, como la calefacción solar, la energía fotovoltaica, la energía térmica solar, la arquitectura solar, las centrales eléctricas de sales fundidas y la fotosíntesis artificial[1][2].
Es una fuente esencial de energía renovable, y sus tecnologías se caracterizan a grandes rasgos como solar pasiva o solar activa en función de cómo capturan y distribuyen la energía solar o la convierten en energía solar. Las técnicas solares activas incluyen el uso de sistemas fotovoltaicos, la energía solar concentrada y el calentamiento solar del agua para aprovechar la energía. Las técnicas solares pasivas incluyen la orientación de un edificio hacia el Sol, la selección de materiales con masa térmica favorable o propiedades de dispersión de la luz, y el diseño de espacios que hagan circular el aire de forma natural.
La gran magnitud de la energía solar disponible la convierte en una fuente de electricidad muy atractiva. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en su Evaluación Mundial de la Energía del año 2000, determinó que el potencial anual de energía solar era de 1.575-49.837 exajulios (EJ). Esta cifra es varias veces mayor que el consumo total de energía en el mundo, que fue de 559,8 EJ en 2012[3][4][necesita actualización].