Futuro del carbon en españa

la minería del carbón en españa

El país es muy dependiente del petróleo y el gas fósil importados. Tuvo una dependencia global de las importaciones del 73,9% en 2017, muy por encima de la media de la UE del 55,1%. Esto supone un lastre para la economía española al aumentar su déficit comercial y su endeudamiento exterior. La producción de energía primaria de España fue de 48,6 Mtce en 2018, sobre todo nuclear – sólo el 2,3% provino de la producción de carbón autóctono.
El único recurso energético convencional significativo que posee España es el carbón, con un total de 4 550 millones de toneladas, incluidas unas reservas accesibles de 1 187 millones de toneladas.    En 2018, el carbón cubrió el 7,8% de la demanda energética del país:    2,5 millones de toneladas de producción nacional y 15,8 millones de toneladas de carbón importado.    El petróleo, el gas fósil y la energía nuclear son las otras fuentes de energía principales, y la eólica y la solar aportan el 5,9% del suministro total de energía primaria.    Sin embargo, después de una década de crecimiento, la energía eólica y solar han estado en declive desde su pico de 2013.
La electricidad producida en 2018 provino principalmente de fuentes convencionales: la energía nuclear con 55,6 TWh brutos (20,3%), seguida del gas fósil 57,1 TWh (20,8%), la eólica 50,8 TWh (18,6%), la hulla 39,3 TWh (14,4%) y la hidráulica que tuvo un buen año con 36,8 TWh (13,4%).    La energía solar, la eólica y otras fuentes de energía renovables representaron el 38,6% de la generación de electricidad en 2018.    El carbón autóctono alimentó alrededor del 2% de la generación.

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Según el informe Coal 2020 de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que examina las tendencias históricas de la industria del carbón y proyecta cómo se desarrollarán en los próximos cinco años, la demanda mundial de carbón se reducirá en un 5% en 2020, el mayor descenso desde la Segunda Guerra Mundial. El repunte previsto en 2021 podría ser efímero, ya que no se esperan nuevos aumentos de la demanda entre 2021 y 2025, siempre y cuando continúe la recuperación económica tras la pandemia y se mantengan las iniciativas políticas.
Aunque el panorama mundial muestra una demanda estática en los próximos años, existen desequilibrios regionales, con economías como la de China e India que compensan los descensos en Estados Unidos, la Unión Europea y otras regiones.
China es el mayor productor, importador y consumidor de carbón del mundo, con más de la mitad del consumo mundial (65%). China y algunas naciones del sudeste asiático fueron las únicas que aumentaron su consumo de carbón en 2019, mientras que la mayoría de las regiones experimentaron un descenso ese año. El carbón sigue siendo una piedra angular de la generación de electricidad en China, India y otras naciones asiáticas, que en conjunto representan alrededor del 75% de la demanda mundial de carbón. A medida que más actores de la UE y los Estados Unidos se alejen del carbón, su comportamiento tendrá menos impacto en el futuro de la industria del carbón. Si no se controla, el crecimiento del consumo de carbón en Asia podría tener graves consecuencias para el planeta.

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En su día se le llamó “el calentador de España”. A pesar de su pequeño tamaño, la lejana localidad de Fabero, situada en la región montañosa del Bierzo, en la provincia de León, calentaba las estufas de Barcelona y alimentaba las fábricas y los trenes de Madrid. Sus habitantes siempre se han jactado de haber sido el motor del crecimiento de la industria y de las grandes ciudades españolas. Nada de ese progreso habría sido posible sin la antracita, un tipo de carbón mineral muy primitivo de tono negro brillante que se acumuló en las entrañas de la tierra de la región durante millones de años.
Hoy en día, Fabero es una ciudad tranquila, pero en el pasado fue un centro de gran actividad. Desde el descubrimiento de los primeros filones de carbón en 1843, sus cimientos se llenaron de pozos y galerías que bullían con tanta vida como la ciudad en la superficie. Si en la ciudad vivían 8.000 personas, debajo se movían cerca de 4.000. En el apogeo del carbón, la década de 1960, las empresas mineras necesitaban mucha más mano de obra de la que la región podía proporcionar y reclutaban mineros de otras regiones e incluso de otros países como Portugal y Cabo Verde.

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España tiene una larga tradición en la explotación del carbón, al menos desde el siglo XVIII. Sin embargo, también es una de las jurisdicciones que se ha comprometido a eliminar las subvenciones y lo ha llevado a cabo en los últimos tiempos. Este estudio de caso analiza las principales características de la transición del carbón en España, los factores que influyeron en esta transición, así como las políticas que la impulsaron y que acompañaron sus efectos socioeconómicos perjudiciales para los trabajadores y las regiones.El análisis se basa en una investigación de escritorio de los documentos pertinentes, incluyendo las comunicaciones oficiales del Ministerio de Industria (MINETUR) y la Comisión Europea, así como las declaraciones de posición de la asociación de la industria (CARBUNIÓN) y los sindicatos (UGT y CCOO). También se han consultado documentos sobre el carbón nacional de otras instituciones (Fundaciones, ONG). Por último, se ha realizado un análisis de artículos en los medios de comunicación. Este contiene declaraciones útiles de diferentes tipos de actores.
En este país se ha experimentado una fuerte reducción de la producción y el empleo en la industria del carbón al menos en las dos últimas décadas. Los sucesivos planes del gobierno han tenido como objetivo la reducción de la producción de carbón, la jubilación anticipada de los trabajadores y el cierre de las minas. Atrapado en medio de la coalición minera, por un lado, y de la legislación de la UE y la opinión pública, por otro, el gobierno ha tenido que aprobar medidas drásticas que conducen a la retirada progresiva. Por otro lado, ha intentado acompañar la retirada con medidas que han tratado de mitigar el impacto negativo en las zonas afectadas, aunque la eficacia en este contexto ha sido limitada según muchos interesados.